Estas líneas las dedico a ti,
porque hace mucho que no te escribo,
que no te pienso, que no te cuido,
que no te sentía tan mío.
Te he hecho tanto daño,
te he usado, abusado y malgastado,
has recibido de mi las peores emociones,
la amargura, el dolor
y mucha soberbia pensando que sabía lo que hacía,
y tú ahí siempre fuerte, siempre conmigo,
siempre amándome y resistiendo.
Cuanto he hecho para lastimarte sin darme cuenta,
olvidé que siempre estás absorbiendo todos mis pensamientos,
que tú guardas mis enojos, mis tristezas y resentimientos,
que te quedas despierto hasta que mi mente ya no puede más,
mientras me suplicas que descanse y yo simplemente encontrando la manera de ignorarte.
Perdóname por no mirarte,
por olvidar que eres lo más importante para mí,
por no entender como manejar mi mente
y cargarte con todo lo que no entiendo.
Siento mucho haberme quejado de ti
en vez de agradecerte tu existencia,
por no haberte dicho que eres hermoso, único y perfecto,
por haberme enojado contigo y gritado que te odiaba
cuando en realidad tú eres mi responsabilidad
y no has hecho más que recordarme
lo mucho que te he olvidado.
Ahora estás enfermo,
has tenido que gritarme muy fuerte para que te escuche,
has tenido que darme donde más me duele para mostrarme el camino correcto,
lo siento amor mío, pero sabes que ahora te estoy escuchando.
Espero que no sea demasiado tarde para demostrarte cuanto te amo,
cuanto agradezco que seas como eres,
tan hermoso, tan perfecto, tan tú, tan mío.
Que sería de mí sin ti, simplemente no existiría
ni tendría la oportunidad de experimentar en este plano material.
Perdóname por haberte puesto en segundo lugar,
por creer que estarías por siempre aunque no te amara ni te cuidara,
por no darte lo mejor mientras tú si hacías lo mejor por mí.
Pero hoy estoy aquí para ti,
hoy me entrego a ti,
te doy lo mejor y prometo que te sentirás muy amado,
ahora te miro como lo más bello que haya observado.
A ti mi CUERPO FÍSICO
que por pensar que siempre estás ahí con toda esa sabiduría innata,
a veces me olvido que me necesitas,
que dependemos el uno del otro,
y que es el amor que te doy el que regresa a mi como fuerza para ser feliz.
A ti mi adorado cuerpo,
te agradezco tu paciencia y tu fuerza,
pero a partir de hoy yo me haré cargo por amor a mí.
Araceli Castro