LA FELICIDAD COMO UN ESTADO DEL SER

Vivimos buscando una felicidad inexistente,
porque a la felicidad real siempre le encontramos un pero…”

Soy feliz pero me gustaría tener más dinero.
Soy feliz pero me gustaría ser más delgad@
Soy feliz pero me gustaría tener una casa más grande.
Soy feliz pero necesito que mi pareja sea más amorosa.

Podría ser feliz pero siempre le veo el frijol negro al arroz blanco
para continuar en la búsqueda de una felicidad inalcanzable,
dejando de valorar y disfrutar la felicidad que sí existe en mi vida.

Quizá te dijeron que el mundo no es color de rosa.
Quizá te enseñaron que no mereces amor.
Quizá alguien te abandonó y piensas que si mereciste un abandono
es imposible que merezcas felicidad.
Quizá te enseñaron a creer en castigos, Dioses juiciosos,
y karmas de acciones insconscientes.

Te enseñaron que al que madruga Dios lo ayuda
y que al que suda la gota gorda le llega más dinero,
que la vida es una constante lucha
y que si luchas mucho …un día alcanzarás la felicidad.
Por qué Dios ama a los que se sacrifican.

Hoy te voy a dar otra visión de la felicidad,
esperando que te ayude a crear una nueva forma de existir.

La felicidad es un estado del ser
que no depende de sus emociones.
Es decir, puede estar alegre o triste
y su estado interior es paz.
La persona sabe que hay momentos
que pueden doler y otros ser hermosos
y por encima de ambos tiene la certeza
de que todo es perfecto.

Esa felicidad llega cuando has dejado de juzgar.
Has dejado de mirar hacia afuera
en busca de amor y aceptación.
Llega cuando reconoces
que tú eres el creador original de todo
y por lo tanto el observador, aprendiz y ejecutante.

La felicidad llega cuando te das cuenta
que no hay nada que pedir.
Que no hay nada que cambiar.
Que estás viviendo lo que necesitas vivir
para experimentar lo que decidiste tú.

Te das cuenta de que lo que se activa en ti
al vivir caos, enfermedad, pérdida, abandono, miedo,
es lo que hace brillar la paz, el soltar, la confianza,
el amor guardado en ti
que jamás descubrirías
si no vives el presente tal cual es y sin cambios.

La felicidad te abraza cuando te das cuenta que no hay lucha que ganar,
que no hay nada que perder,
que eres el ganador y el perdedor y lo neutro.

La felicidad irrumpe en ti
cuando tomas consciencia
de que todas las técnicas y filosofías del mundo
no son para cambiar la vida
sino para aprender a aceptar el momento como es,
porque es en ese momento donde está tu oro puro.

Ser feliz verdaderamente
es sentir más ganas de agradecer que de pedir.
Si pides es que no entiendes,
Si pides es que quieres cambiar lo que ya hay.
Si pides es que no te has dado cuenta
que este Universo lo sabe todo
y a cada quien le da lo que le corresponde
en el momento perfecto.

La felicidad requiere que desarrolles la confianza ,
que sepas realmente soltar todos los hilos en manos de tu creador.
(Con el nombre que lo llames)
Si no tienes confianza en esa fuente ,
nunca serás feliz
porque tenderás a querer controlar todo,
a quejarte por qué las cosas no son como quieres,
a exigir, a luchar, a empujar…
por que crees egoica e inocentemente
que todo depende de ti.

La felicidad es la aceptación sin juicios de todo como es.
El amor es la aceptación sin juicios de todo como es.
La neutralidad es la aceptación sin juicios de todo como es.
No es resignación, es aceptación desde el reconocimiento álmico
que el Universo es un lugar donde no existe el error ni la casualidad
sino la sincronicidad.

La felicidad viene a ti cuando dejas que el mundo sea como debe ser, aunque no te parezca.
Cuando dejas que las personas sean como desean ser
y no insistes en que sean mejores o diferentes.
La felicidad viene cuando decides alejarte de todo aquello o aquellos
con quienes ya no vibras en amor
y no es por juicio que te alejas sino por amor a ambos.

La verdadera felicidad es hacer siempre lo que te hace feliz
y dejar que los demás lo hagan también,
la felicidad es dejar en paz
y dejarte en paz.

Y es que cuando estás tan lleno de ti,
puedes expandir el amor en todas direcciones
y ese es el origen de la felicidad como un estado permanente.